¿Conocéis
una flor llamada Amaryllis? Se caracteriza por ser de un rojo muy
vivo y presentar una forma similar a una estrella, bastante
impresionante a la vista. Se la suele asociar con la belleza y el
orgullo.
Pues
bien, hay una leyenda griega que da origen a esta preciosa flor.
Según se cuenta, Amaryllis era el nombre de una ninfa caracterizada
por su timidez. Un día, cayó enamorada de Alteo, un joven pastor,
que poseía la fuerza de Hércules y la belleza de Apolo. Sin
embargo, Alteo ignoraba los cortejos de la ninfa, ya que él era un
hombre apasionado por las flores. Las conocía todas y cada una, y
juró que su corazón sería de aquella mujer que le trajese una flor
que no hubiese visto nunca. Desolada, Amaryllis buscó
desesperadamente, pero no encontró ninguna flor que Alteo no
conociese.
Con cada noche que transcurría sin que el pastor se apercibiese de su presencia, el corazón de Amaryllis era atravesado por una flecha de oro. Al llegar la treinteava noche de espera, cuando Alteo salía de su casa, encontró el cadáver de Amaryllis, que no había podido resistir el dolor que le provocaban las flechas en su corazón. Sin embargo, pese a que la ninfa entregó su vida, el oráculo cumplió su palabra, pues en el charco de sangre que se había formado a los pies de Amaryllis, crecía la preciosa flor que hoy conocemos por su mismo nombre.
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